jueves, 12 de febrero de 2015

A los ricos reaccionarios





Os levantáis,
y estáis más altos que nadie,
sobre hombros de hombres arrodillados.
Imaginaros, ya que así lo deseáis,
estar sobre hombros
de hombres enhiestos.
Estaréis más altos, idiotas ricos reaccionarios.
Conversáis y peroráis,
de tonterías,
porque los hombres ignorantes
entienden cualquier cosa.
Imaginaros, ya que así lo deseáis,
conversar y perorar
para oídos atentos y sabedores.
¿Cuánto más no tendríais,
que esforzaros?
Y por consiguiente, aprender.
Seríais más listos, idiotas ricos reaccionarios.
Os guardáis vuestros galanteos
para oídos educados en bien recibirlos
y sois toscos y brutos
con pieles y carnes
que os vuelven locos en sitios inadecuados.
Imaginaros, ya que así lo deseáis,
un hombre inhiesto que
sabe lo que dice,
con su hija hermosa y educada,
en recibir lo que llega
con preguntas y exigencias.
¡Cuánto no se enriquecería tu descendencia,
idiota rico reaccionario!
Pero no,
te embruteces sobre hombres arrodillados,
hablas para ignorantes
y tus hijos tendrán la misma madre que tú,
pobre idiota rico reaccionario.

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