Escribimes y escribiretes IX

 Escribimes y escribiretes IX

Me pregunto si le ofreciésemos a los pájaros sanidad, educación, nidos, árboles y comida gratis, en una palabra una vida más cómoda y segura, ¿Cuántos renunciarían a su libertad y admitirían vivir a cambio en cautividad?
A tenor de lo que pasa con los seres humanos…

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En un momento de nuestra vida empezamos a tener conciencia de nosotros y del mundo y de todo cuanto acaece en él. Lo llamamos “tener uso de razón”. Es empezar y ya estamos mintiendo. Conscientes, puede, pero ¿razonables?
Claro que conocer la razón no tiene porque llevarnos a ser razonables.

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La política está tan desacreditada entre los ciudadanos porque mientras ellos piensan que debería servir para resolver los problemas de la ciudadania, los políticos saben que sirve para resolver los suyos, que es su medio de vida, de ellos, de los políticos, no de los ciudadanos.
El halcón dibuja en el aire giros elegantes y llenos de plasticidad mientras acecha al conejillo inocente.

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Salas de espera
Se muere un blanco europeo. Vienen a buscarlo.
-No, por favor, déjenme un poquito más, aún soy joven.
Se muere un negro africano. Lo arrastran.
-¡Ya era hora! Se me estaba haciendo eterno.
Esto es así en un porcentaje elevadísimo. Le elevación es directamente proporcional a la falta de compasión y solidaridad occidental.

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Un alma pero una sola alma.
Es difícil explicar un cambio de sexo pero siempre debemos aceptarlo atendiendo a la naturaleza del sujeto.El hombre busca la soledad, la mujer siempre busca compañía.

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Dijo el Presidente de la Conferencia Episcopal Española,
-Yo no soy amigo del adoctrinamiento. Soy partidario de que todo el mundo sea libre para elegir.
Yo me reí.
Me dijo,
-¿De qué se rie?
-¿No era un chiste?- pregunté.
-No- contestó.
-Pues entonces el chiste es usted- le espeté.
Y continue riéndome.
Por no llorar.

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Cuando alguien, para paliar su soledad, se compra un perro o un pájaro. O cuando alguien dice que pone la radio o la televisión para sentirse menos en soledad.
Todas estas personas tienen de la soledad una opinión muy pobre.
Confunden soledad con no saber como pasar el rato.
Claro que para muchos la vida es eso, un rato.

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Las personas dicen y hacen. Como el hacer es más importante que el decir, nadie dice “yo digo una promesa”. Todos decimos “yo hago una promesa”.
Prioridades de lo esencial.